LOVE
Combinando sin estridencias el punk, la psicodelia y el folk, Lee postergó la herencia musical negra impresa en su código genético y propició la incorporación al rock de las guitarras acústicas, en la línea de unos Byrds con los que, no por casualidad, había trabajado como ‘manager’ el guitarrista Bryan MacLean. Filtrado por el talento para la composición de Lee, el folk-rock-pop alucinógeno de orfebrería que distinguía a Love desembocaba a menudo en lisérgicas piezas psicodélicas de 20 minutos, que marcaron a grupos coetáneos como los Doors, cuyo fichaje por Elektra propicia un Arthur Lee del que primero se confesarían admiradores y cuyos hallazgos acabarían explotando a su modo. Combinando barroquismos pop y una psicodelia casi acústica, Love entraron sin darse cuenta en la historia de la música popular con una intachable trilogía inciática; la obra maestra del punk lisérgico ‘Love’ (66), el arriesgado y adelantado a su tiempo ‘Da Capo’ (67) y el ya clásico ‘Forever Changes’ (68), álbum clasificado invariablemente entre los mejores de la historia de la música popular y que debería ser de escucha obligada ante la pujanza de la nueva psicodelia que han propiciado bandas como M Rev o Flaming Lips, pasando por Super Furry Animals, Mazzy Starr, Beta Band o The Tyde. Entre rejas Las continuas disputas internas y el consumo irreflenable de drogas cuestionó el futuro del grupo, que, con una formación renovada por el capo Lee, grabaría tres discos más: ‘Four sail’ (69), el doble ‘Out There’ (69) y el epílogo ‘False start’, con la colaboración estelar de Hendrix. Estigmatizados por la personalidad excesiva de Lee, Love acabarían ahogados en su propio malditismo. ‘Vindicator’ abriría en 1972 la irregular trayectoria solista de un Arthur Lee que, dos años después, resucitaría el nombre de unos Love con los que ha seguido actuando siempre que su complicado carácter, sus continuas adicciones y el imparable parkinson se lo han permitido. Durante los noventa, registró algunos disco estimables, como ese ‘Five String Serenade’ que acaba de reeditar Muster. En el 96, fue arrestado por posesión de drogas y, poco más tarde, incurrió en allanamiento de morada al intentar incendiar la casa de su novia. Con ese currículo de altercados y conociendo el sistema penal americano, cuando, poco después, llegó a disparar su arma en una trifulca vecinal, no extrañó que le cayeran doce años de prisión. Tras múltiples campañas por su liberación y tributos discográficos como ‘Electricaly Speaking’, Lee fue liberado hace dos años y, aprovechando su leyenda, se lanzó de nuevo a la carretera con sus 58 muy vividos años. Víctimas del cáncer Bryan MacLean y el bajista Ken Forsi en 1998, Lee encontró a los nuevos Love de la banda Los Ángeles Baby Lemonade.
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